David Ferrer no ha podido defender el título del Masters 1000 de París logrado el pasado año al verse superado en la final de este domingo por el serbio Novak Djokovic en un doble 7-5. El alicantino, que venía de eliminar en semifinales a Rafael Nadal, ha cedido las siete últimas finales que ha jugado desde que ganara a principios de año los torneos de Auckland y Buenos Aires, las tres últimas de forma consecutiva en Estocolmo, Valencia y París, en semanas sucesivas.
“Creo que ha sido un gran partido realmente, con muy buenos interncambios desde el fondo de la pista. Posiblemente, he jugado mejor que ayer pero he perdido”, analizaba Ferrer en relación a su victoria del sábado sobre Nadal (6-3 7-5). “Estoy contento con mi juego porque en los últimos torneos he jugado bien. Ahora quiero prepararme con mi equipo para viajar a Londres”.
Y es que Ferrer afronta esta semana su quinta participación en el Masters, la cuarta consecutiva tras una temporada en la que ha alcanzado su primera final de un Grand Slam en Roland Garros, así como la del Masters 1000 de Miami, además de las de Acapulco, Oeiras, y las citadas de Estocolmo, Valencia y París. El actual nº 3 mundial fue también semifinalista del Open de Australia.
En su camino hacia la final del último Masters 1000 de la temporada en París-Bercy el alicantino eliminaba a especialistas en pistas indoor como el francés Gilles Simon (6-2 6-3) o el checo Tomas Berdych (4-6 7-5 6-3), antes de medirse a Nadal y Djokovic.
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