David Ferrer ha revalidado el título logrado el pasado año en el Open 500 de Acapulco (1.100.000$) tras superar esta madrugada a Nicolás Almagro en tres sets ajustados por 7-6(4), 6-7(2) y 6-2. El alicantino rompe así la racha de 13 victorias consecutivas del murciano, impidiéndole lograr la gesta de convertirse en el primer jugador capaz de ganar tres de los cuatro torneos de la temporada sudamericana de tierra, tal y como hizo también el pasado ante Juan Carlos Ferrero.
“Nunca pensé que pudiera ganar aquí dos veces seguidas, y eso me hace ver que estoy teniendo el mejor arranque de temporada de mi carrera. Espero poder seguir as” ha explicado el actual nº 6 de la clasificación mundial, que esta semana se incorporará a la Selección Española Mapfre para afrontar la primera eliminatoria del Grupo Mundial de Copa Davis en Bélgica.
Con esta victoria, Ferrer acumula ya 11 títulos en el circuito ATP World Tour en un total de 21 finales disputadas, tras adjudicarse también este año la victoria en el torneo de Auckland. El alicantino se quedó también, por segunda vez en su carrera, a las puertas de disputar la final de un Grand Slam, en el Open de Australia, tras doblegar a Rafael Nadal, con una racha en lo que llevamos de años de 14 victorias en 16 partidos.
MÁS ACIERTO DE FERRER EN LOS PUNTOS DE BREAK
En la final ante Almagro, David Ferrer se ha mostrado mucho más acertado en los momentos decisivos del juego, aprovechando seis de las siete pelotas de ruptura de las que ha dispuesto, por tan sólo cuatro de 13 de un Almagro que venía de ganar de forma consecutiva los torneos de Costa do Sauipe y Buenos Aires.
“Estoy decepcionado porque no pude aprovechar la ventaja que tenía en el primer set. Las cosas quizás hubieran sido diferentes de hacerlo. He jugado sin parar durante tres semanas a un nivel muy alto, y sé que debo sentirme orgulloso por ello. Ahora lo que necesito es descansar unos días”, reconocía el murciano, campeón del torneo de los años 2008 y 2009.
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