Juegos Olímpicos

El tenis en los Juegos Olímpicos, la lucha del deporte profesional

4 agosto, 2016
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El tenis en los Juegos Olímpicos, la lucha del deporte profesional
04/08/2016

El tenis fue unos de los 9 deportes elegidos por el Baron Pierre de Coubertain para el renacimiento de la competición olímpica el año 1896 en la ciudad de Atenas, en Grecia. En aquella primera edición de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna, el tenis compartió cartel con el atletismo, las pesas y halteras, la lucha, la esgrima, el tiro, el ciclismo, la gimnasia y la natación.

A la sombra de las grandes competiciones de la época, especialmente de Wimbledon, el torneo olímpico de tenis recibiría su espaldarazo definitivo en los Juegos de 1920 en Amberes, cuando la campeona francesa Suzanne Lenglen decidió tomar parte en la competición, adjudicándose el oro olímpico en individuales y en dobles mixto.

Cuatro años después, otros grandes campeones como el también francés Henri Cochet o la estadounidense de 18 años Helen Wills, prestigiaron la competición con su presencia en el podio de los Juegos de París 1924.

El tenis se mantuvo dentro del programa olímpico como deporte oficial hasta ese año. Las diferencias sobre la definición de amateurismo surgidas entre el Comité Olímpico Internacional (CIO) y la Federación Internacional de Tenis (ITF) acabarían haciendo que perdiera su status de deporte olímpico en los Juegos de Amsterdam de 1928, quedando definitivamente excluido a partir de entonces y durante casi medio siglo.

El amateurismo margina al tenis

El debate sobre la presencia del tenis dentro del programa olímpico se reabriría esporádicamente en la edición de 1968 en México, donde fue aceptado como deporte de exhibición sin carácter oficial, con una escasa participación internacional. Manuel Santana superó a Manuel Orantes en una final íntegramente española jugada a 5 sets. Juntos alcanzaron también la final de dobles, siendo derrotados por los locales Rafael Osuna y Vicente Zarazúa.

Veinte años después, las conversaciones mantenidas entre el entonces presidente de la ITF, el francés Philippe Chatrier, y el presidente del CIO, el español Juan Antonio Samaranch, culminarían en 1981 con la inclusión del tenis como deporte de exhibición en los Juegos de Los Ángeles de 1984, y como deporte oficial en los de Seúl de 1988.

La decisión revitalizó la vieja discusión entre aquellos que defendían el carácter amateur de los Juegos Olímpicos y los que postulaban por la participación de los mejores deportistas en cada disciplina.

Vuelta al programa olímpico

En junio de 1983, CIO e ITF acordaron una solución a medias: todos los tenistas, profesionales o amateurs, menores de 20 años podrían participar en Los Ángeles. El CIO aceptaba por primera vez en la historia la presencia de unos deportistas declarados oficialmente como profesionales, poniendo la primera piedra a la posterior abolición del status olímpico amateur.

En su sesión plenaria de 1987 celebrada en Estambul, el Comité Olímpico Internacional eliminaría el límite de edad abriendo la competición a los mejores jugadores del mundo que se ha mantenido hasta nuestros días.

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