Copa Davis

Obama, Héroes y la Copa Davis ganada en Mar del Plata en 2008

28 noviembre, 2011
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Obama, Héroes y la Copa Davis ganada en Mar del Plata en 2008
28/11/2011

Toda gran batalla necesita de una gran estrategia. La final de la Copa Davis en Mar del Plata de 2008 entre Argentina y España no escapó a esa premisa. La diseñada por Emilio Sánchez, el capitán del equipo español, se podría resumir en la frase de Maquiavelo, el gran estratega, que reza: 'Un príncipe que no se preocupe del arte de la guerra, aparte de las calamidades que le pueden acaecer, jamás podrá ser apreciado por sus soldados, ni tampoco fiarse de ellos'. Por el contrario, la estrategia del equipo argentino, si es que existió, sigue, aún ahora, en el diván del psiquiatra, devorada por la opinión pública, los medios de comunicación y la dureza deportiva de una derrota en casa que jamás se creyó pudiera llegar.

Motivar al equipo para que no se resignara ante el impacto de la baja de Rafa Nadal fue la primera marca en la 'hoja de combate' de Mar del Plata, y la 'orden' del capitán al grupo que acompaña a los tenistas. El primer impacto que estos recibieron fue al llegar al vestuario, y encontrarse con un cartel con un gran 'YES WE CAN' que Barak Obama había inmortalizado en los meses anteriores.

“YES WE CAN”

Tras la primera, larga y dura sesión de entrenamientos, el cartel tenía un largo anexo. Se había diseñado un Gabinete de Equipo Ganador, en el que el presidente era Emilio Obama, los jugadores asumían Vicepresidencias de Relaciones Internacionales, o bien eran Secretarios Generales de Departamentos relacionados con sus aficiones, y el resto del grupo asumía cargos de relieve, como el del encordador que fue nombrado 'Jefe de Armamento'. Se trataba de seguir creyendo y, especialmente, de hacerlo de forma distendida, evitando la presión que genera una final y de hacerlo en conjunto y con sonrisas.

Mientras el equipo argentino marchó en grupo a Buenos Aires a la boda de Juan Ignacio Chela, y estuvo casi dos días sin entrenarse, la segunda de las sesiones del equipo español fue durísima, de una intensidad que sólo resiste quién cree en la victoria. Ese día apareció en el vestuario un segundo cartel en el que se podía leer: 'Si no eres tú… ¿quién?', 'Si no es ahora…..¿cuándo'. Ese día acabó con risas, celebrando el cumpleaños de Fernando Verdasco, cantando el 'Happy Birthday' mientras parte de la clientela del restaurante saltó como un resorte con el 'Vamos, Vamos, Argentina', y, mientras los fisioterapeutas recuperaban musculaturas bien entrada la noche, hablando de la serie televisiva Héroes, a la que varios jugadores, en especial Verdasco, están enganchados.

Héroes fue un buen concepto para seguir trabajando la motivación de un grupo de jugadores que, precisamente, tenían la oportunidad de regresar de Mar del Plata con ese calificativo. Bajo el título de 'Los Superpoderes del Team', apareció en el vestuario otro enorme cartel en el que se otorgaba a cada uno de los miembros del grupo una serie de 'poderes' para utilizar en la final.

LOS SÚPER PODERES DE LOS HÉROES

Verdasco tenía el poder de volar abrazado a su chica como Superman para así alcanzar bolas imposible, Feliciano gozaba el don del arte y la valentía de su ídolo José Tomás para volear certeramente en la red, David Ferrer se adueñaba de un Escudo de Energías Ilimitadas para su lucha incansable, Marcel Granollers, perico de pro, era dotado de un 'Tamudazo Certero' por si era necesario su concurso, Santi Ventura, llamado en el último momento, era un intrépido Indiana Jones capaz de viajar en el tiempo, mientras que Emilio tenía el Superpoder de la Omnipresencia.

Del resto del grupo destacaban, entre otros, poderes como el de la Sanación Acelerada del doctor, la capacidad de Manipular Energías y Efectos Vampirológicos de los fisioterapeutas que trabajan hasta altas horas de la noche, las supercapacidades atléticas, psíquicas, y musculares de algunos entrenadores o la manipulación verbal del jefe de prensa. En definitiva, el equipo acabó viviendo en una especie de cómic en el que todo era posible, y en el que cualquier petición o necesidad se resolvía en un abrir y cerrar de ojos.

Lograda la capacidad de creer, la segunda fase de la estrategia, no tuvo nada que ver con la fantasía. Conocedores de las diferencias entre la prensa argentina y sus jugadores, el equipo hizo un esfuerzo, no muy superior al habitual ya que este grupo es un ejemplo en ese sentido, para facilitar su trabajo a los medios de comunicación, para firmar los autógrafos que hicieran falta, o para acercarse con cariño a conductores, voluntarios y gente de la organización. Siempre con sonrisas, siempre dispuestos, capitán y jugadores se convirtieron en un ejemplo diabólico comparado con el equipo argentino. Se ganó la batalla con la prensa y con ello el mensaje de 'buena onda del equipo español' que recibieron los aficionados locales.

AMBIENTE HOSTIL

Precisamente combatir a esa afición local, apasionada, ruidosa y posiblemente arisca, era otra de las claves. Emilio era consciente de que el ambiente podría ser infernal, especialmente si se caía en esa trampa. Se estudió el comportamiento del público en los videos de la eliminatoria anterior, se apreciaron los detalles como el reiterado grito de 'No' tras el fallo del primer saque, y se habló de qué hacer y de qué no hacer en esos momentos, de intentar utilizar la fiesta del público de forma positiva, de no quejarse nunca a la grada, de no mirar, de dejar que el capitán y el juez árbitro fueran los que solucionaran la situación. Asediados constantemente por preguntas de la prensa acerca de ese posible ambiente, la respuesta del capitán fue también inteligente, apelando a la gran tradición y entendimiento del tenis que existe en Argentina como base para la tranquilidad.

Convencidos del Yes We Can, ilusionados por subirse al tren de la gloria que pasaba por Mar del Plata, aleccionados en los problemas en las gradas, y, lo más importante, tremendamente competitivos tras sus grandes sesiones de entrenamientos, sólo quedaba tener la entereza de llevar a la pista todo ese arsenal de héroes y esperar que la escuadra argentina no llevara kriptonita o ristras de ajos en sus bolsillos.

Y al final, cuando más complicado se puso todo tras perder el primer punto, fue cuando el capitán jugó las bazas de cada uno de sus soldados, y cuando los héroes demostraron que tenían un poder que no estaba reflejado en ningún cartel: el poder del corazón y del grupo para crear una victoria de una plástica incuestionable. “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”, dijo Picasso, un maestro de la plástica. En Mar del Plata, la estrategia acabó en eso, en una imagen de oro en la larga pinacoteca del tenis español, mientras Argentina sigue devorada por un ser imaginario que el gran Borges habría incluido en su fascinante catálogo.

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